¿Boticas asesinas? Una realidad que debería cambiar


La semana pasada el ambiente Farmacéutico en el Perú se tiñó de rojo, una madre de 20 años luego de acudir a una Botica en la ciudad de Lima falleció tras haber aceptado se le administre una ampolla, debido a que anteriormente otras tabletas compradas en la misma Botica no le resultaron efectivas. Tras este incidente en nuestro país comenzó un gran debate sobre la venta de medicamentos, que dicho sea de paso está totalmente liberalizada. Muchas autoridades del sector salud, como el Ministro, el Director General de Medicamentos, Insumos y Drogas y la Decana Nacional del Colegio Químico Farmacéutico hicieron recordar a la población que deben acudir a un establecimiento Farmacéutico solo con receta médica. Pero ¿esta será la solución?, o solo son afirmaciones demagógicas para salir de paso y no abordar el problema de raíz. En nuestro país como en otros pocos, se introdujo el término Botica que se diferencia de la Farmacia por que el propietario puede ser cualquier ciudadano común y corriente, quien decide incursionar en la venta del medicamento, ya que nuestra legislación así lo permite. Estos ciudadanos ven la venta del medicamento como un negocio muy lucrativo por ello no interesa que el paciente traiga una receta médica para adquirir un medicamento, sino interesa que todo cliente salga de la Botica habiendo adquirido cualquier medicamento, lo importante, no perder una venta. En este contexto el medicamento lejos de ser un bien de servicio para restablecer la salud de la población, se convierte en un bien mercantil sin mayor escrúpulo y para lucrar con la población.
Por otro lado nosotros los pacientes o clientes de estas Boticas vemos que nuestra legislación hace posible adquirir medicamentos con toda facilidad y al mejor precio, hay boticas una a continuación de la otra compitiendo por las mejores ofertas, vemos también que se venden medicamentos en los abarrotes, o incluso supermercados, sin mayor restricción, así nuestra salud está expuesta a la merced de cualquier ciudadano comedido que apertura una Botica y que aparenta tener todo el conocimiento farmacológico como para aconsejarnos cierto tipo de medicamentos que solo deberían ser prescritos por un Médico, Odontólogo u Obstetriz y dispensados solamente por un profesional Farmacéutico.
Este problema no solo lo generan los propietarios o quienes atienden una Botica, sino también nosotros los pacientes que por facilidad y pereza de acudir a un médico, permitimos que nos administren medicamentos sin previo chequeo médico, poniendo en grave riesgo nuestra vida a corto, mediano o largo plazo.
El medicamento es un bien social, que el Estado debería velar por su correcto uso, sancionar drásticamente a quienes lucran con este bien, y devolver la custodia a los profesionales Farmacéuticos que en las universidades públicas o privadas se forman durante 5 o 6 años, de esta manera se podría dar un valor agregado al medicamento y al profesional Químico Farmacéutico, siendo éste responsable de educar sanitariamente y en forma gratuita a la población a quienes tiene la obligación de derivar según su estado de salud a médicos de confianza, odontólogos u obstetrices, y de esta manera el Estado resolvería un problema de Salud pública que pocos observan o solo esperan una tragedia como la pérdida de una vida para poner en tapete de discusión.

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